miércoles, 17 de agosto de 2011

Armonizando una sinfonía silenciosa

Cada vez que profundizo en cada partitura,
Cada vez que practico y caigo en error,
En cada acierto después del dolor,
Se va la vida, la ilusión.

Etérea me visualizo, pensando en huir,
La cobardía agudiza en mi,
Pasando de largo el tiempo,
Concentrándome en el ritmo, el tempo.

Combinando movimientos,
Algunos frágiles, otros abruptos.
Aceptando sinceras alabanzas,
Las cuales torturan mi ego, mi alma.

Nunca entrará en mi la aceptación de la verdad,
Como un espejismo aparece en mi la creatividad,
Asolando mi habilidad, dejándola en penumbras,
Soltando sus manos, herida profunda.



RBM

lunes, 8 de agosto de 2011

Aprendiendo a expresar

Expresandonos vivimos, más verdades ocultamos.
Llenos con lo que el capitalismo nos ofrece,
Usando máscaras, caretas que desenfundamos,
Con tal de recibir halagos.

Viviendo en mentira, entonces ¿qué somos?
Somos polvo, y somos aire,
Somos una materia física, corpórea,
En la cual nuestro intelecto hace alarde.

Nubes fugaces, estrellas viajeras.
Navegantes a traves del espacio, sin fronteras.
Esperando algo inexplicable.
Tratando de contarle nuestras cuitas al aire.

Lanzando la mentira al precipicio
Recibiendo la verdad,
Aceptando nuestra realidad...
Imaginando un hogar.



#primer día en la Uni...hahaha tan debrayante como yo C:

jueves, 4 de agosto de 2011

Líbido.

Sin esperar siquiera que los arreboles de pasión se adueñarán de sus mejillas, ambos, enamorados primerizos, experimentaban la máxima manifestación humana que refleja el placer y la espiritualidad en un mismo acto. Con miedo a que todo se volviese público, la cita fue rigurosamente planeada y estrictamente cumplida. Una primera vez siempre se toma con delicada importancia.
El momento se prestó a diversas interpretaciones. Tanto los instintos carnales, así como los sentimientos más puros, se hicieron presentes en un arrebato dignamente denominado como pasional. Los dos, deseándose unidos por toda una eternidad, un momento; con la esperanza puesta en el futuro, sin pensar en el mismo. Los instintos a flor de piel. Caricias que a cada instante subían un grado de intensidad a la pasión que desbordaban ambos cuerpos extasiados de placer, rebozando amor.
Al llegar al clímax de la situación, para así, llevar de la mano, a una situación de mucha promesa y reverencia, ambos amantes se detuvieron. Sin saber algún motivo o razón por lo que sucedía, comprendieron que no eran lo que pensaban. Se vieron a los ojos, esos ojos antes deseados, y no encontraron algo más que ver. Se dieron cuenta de la realidad, y aceptando su poca afinidad, emprendieron vuelo cada quien por su caminar. Sin embargo, y a pesar del pasar de años, los que llegaron a ser amantes cautivos en un deseo carnal, ingenua etiqueta en su experiencia dieron; pidiendo como deseo no volverse a ver jamás.